Clausuran The Yoka Gim

Preocupación por el cierre de un espacio vital para la salud y la contención social.

Deportes27 de junio de 2025Valle Calchaquí DValle Calchaquí D
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Clausuran The Yoka Gym: preocupación por el cierre de un espacio vital para la salud y la contención social

En los últimos días, fue clausurado el espacio donde funciona The Yoka Gym y su academia de baile, luego de denuncias por ruidos molestos. El gimnasio, dirigido por Ayelén y Daniel Condori, venía desarrollando sus actividades en la sede del Club Calchaquí desde hace tres años.

Lo que para algunos puede ser solo un salón, para más de 170 personas representa salud, comunidad y transformación. The Yoka, que este año cumple 13 años como gimnasio y 10 como academia, ofrece clases de zumba, funcional, cardio, localizada, musculación, ritmos urbanos y latinos. Asisten adultos, jóvenes y también más de 50 niñas y niños que encuentran allí un lugar donde moverse, expresarse y crecer en un ambiente sano.

La actividad física no solo fortalece el cuerpo: también es una herramienta clave para la salud mental, emocional y social. En un contexto donde las adicciones, el sedentarismo y el aislamiento afectan a muchas familias, espacios como The Yoka son fundamentales. No solo promueven el ejercicio, también construyen comunidad y ofrecen contención afectiva.

Cabe destacar que este cierre no solo afecta a quienes llevan adelante el gimnasio, sino también a cientos de personas —entre ellas niños, niñas y adolescentes— que encontraron en The Yoka un refugio sano, alegre y vital.
El diálogo, la empatía y el compromiso colectivo son claves para cuidar lo que nos hace bien a todos.

A esta difícil situación, se suma una resolución de la Jueza de Faltas, quien impuso una multa de $500.000 y exigió la realización de una aislación acústica en el salón como condición para levantar la clausura. Esta medida resulta económicamente imposible, ya que implica un gasto millonario, inaccesible para los responsables del espacio. Además, se trata de una exigencia que no se aplica a ningún otro gimnasio, ni siquiera a espacios bailables o comerciales donde sí se registran niveles reales de contaminación sonora. La decisión genera aún más desconcierto entre quienes ven cómo se intenta silenciar, con sanciones desproporcionadas, un espacio que solo ha traído bienestar a la comunidad.

Anoche, como muestra de apoyo, alumnos, alumnas y profesores realizaron un abrazo simbólico al lugar, y luego marcharon con pancartas hasta la Plaza Manuel Belgrano, donde brindaron clases al aire libre. Una acción pacífica y conmovedora que reflejó, una vez más, que The Yoka es mucho más que un gimnasio: es una familia que se mueve unida.

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