Tejedoras de Chile presentan sus Ponchos en Catamarca

Un grupo de hilanderas de Chile con sus prendas de lana de oveja se encuentran exponiendo sus productos en la Feria Artesanal. Sus ponchos hilados con telares mapuches se muestran en Catamarca.

Cultura18 de julio de 2016Valle CalchaquíValle Calchaquí
Textiles chilenas

Otra de las novedades que ofrece este Poncho 2016 en la Feria Artesanal son los productos textiles del Hemisferio Sur. En este espacio, un grupo de tejedoras de la agrupación “Ruta de Lana de Manos del Pehuenche” de la región del Maule-Chile, muestran a través de Ponchos, alfombras, frazadas, camino de mesa, y las prevenciones que se usan en la Cordillera, sus diferentes puntos.

El más característicos, acompañado de historia, es el punto ojito. Según contaron las tejedoras este es un punto antiquísimo que se conoció en Chile luego de que un arriero argentino, junto con su esposa tras cruzar la Cordillera, se instaló en la zona chilena del Melado. Fue entonces que la neuquina María Urrutia enseñó a las mujeres de ese poblado el característico punto. “En argentina a este punto se lo llama ojo de perdiz –enseñó la artesana- pero ya no se lo encuentra cayó en desuso, nosotras en Chile lo rescatamos y seguimos tejiéndolo”.

Las mujeres hilanderas del Maule rescataron las tradiciones y fortalecieron su identidad mediante el tejido a través de un telar mapuche que se sostiene en paredes.

“Este punto se lo confecciona en un telar vertical mapuche, es muy antiguo, se apoya contra una pared y allí se va armando toda la urdiembre y la trama, pasando las hebras de adelante hacia atrás, mientras se van cruzando se le da la forma que se llama el punto ojito”, comentó la tejedora Paula Saldivar. Las prendas son de lana de oveja, y también trabajan con cueros de chivo.

Entre ellas, también está presente una tejedora que fue reconocida por la UNESCO en el año 2011, Valdovina Valdéz, mujer campesina que vive en la Cordillera y la consideran como una “gran maestra”. Algunas de las tejedoras de la agrupación como Inés Urtado, Paula Saldivar y Valdez, señalaron que es la primera vez que vienen a una feria artesanal en Argentina, al tiempo que destacaron a Catamarca por la magnitud de la fiesta. “Estamos maravilladas, es una fiesta muy democrática donde participa toda la familia”, coincidieron.

Al mismo tiempo, Irma Abrigo, que no pertenece a la agrupación pero se encuentra en el mismo espacio, es una tejedora de Chile que ganó el premio a la Excelencia de la UNESCO 2013. “A los 7 años empecé a hilar y a los 14 años tejí mi primer poncho, vendí esa manta y comencé a tejer para vivir de esta producción. No fue fácil aprender, y me emociona mucho cuando vendo alguna prenda”, señaló emocionada Irma.

Todo el trabajo manual que se realiza, el esfuerzo y la dedicación puesta en cada hebra, en cada punto, es subvalorado. Es por eso, que esta Fiesta del Poncho, no sólo sirve para exponer productos, sino también para que las personas que visitan día a día la Feria Artesanal conozcan la dedicación de la todas las hilanderas. Todo el proceso, desde la esquila hasta la confección de una prenda lleva un trabajo que no lo reflejan los precios. “Cuando me siento en mi telar no puedo parar de tejer, es mucha emoción la que siento”, dijo Irma.

“La calidad del producto se nota cuando la prenda envejece, porque se hereda de una generación a otra, eso no pasará nunca con una prenda que viene importada de Chile o viene fabricada por una máquina, y lo interesante de esto es la vocación de un artesano, porque hay una pasión por el tejido, un amor muy grande por el oficio”, concluyó Paula Saldivar.  

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